Uno de los temas que ultimadamente ha estado causando una enorme polémica a nivel mundial han sido los atentados terroristas en Francia y el número de víctimas que ha cobrado este. La solidaridad y el apoyo se ha hecho notable en todo el mundo, desde Nueva Zelanda iluminando la Sky Tower con los colores de la bandera francesa, Brasil iluminando el Cristo redentor, México el edificio del senado, entre muchos otros.Pero no solo los monumentos representativos de distintos países se iluminaron con estos colores, sino que, la cadena Facebook lanzo una opción la cual estuvo disponible para todos los usuarios de la App en donde se invitaba a sobreponer un filtro en tu fotografía de perfil con los colores de la bandera francesa, con el fin de mostrar el apoyo de muchas personas alrededor del mundo.
Y tú como lector te podrás preguntar ¿Y? ¿Cuál es el problema con eso?, pues ninguno, no existe problema alguno. El problema u indignación comienza cuando estos actos de «solidaridad» se enfocan solamente en un país que por el simple hecho de ser de primer mundo la mayoría de personas se cree que solo este merece ese «apoyo«, cuando en Siria ya van más de 250 mil muertos y entre ellos alrededor de 12 mil niños víctimas de múltiples bombardeos por parte de Estados Unidos, Rusia y FRANCIA, en Sudáfrica más de 400 mil mujeres son violadas y asesinadas anualmente y nadie dice nada, en México ya son 60 mil muertos y 20 mil desaparecidos a causa del narcotráfico, entre muchos otros países en los que puedes vivir, pero, debes sobrevivir.
¿Y dónde están las banderas de Siria, México, Sudáfrica, Colombia, Iraq, Honduras y muchos otros países en los que diariamente aumenta drásticamente el índice de homicidios?
Vivimos en una sociedad catalogadora en la que erróneamente se piensa que por el hecho de que un país genera más ingresos que otro o simplemente por estar en una lista en la que se te es nombrado como «País de Primer Mundo» te haces merecedor de más atención, más apoyo, más oraciones, más todo. Estamos cometiendo un grave error y no solo como sociedad, sino, como seres humanos al creer que ciertas personas merecen más que otras. Más que Franceses, Sirios, Mexicanos, Colombianos etc., somos seres humanos y residimos en en el mismo lugar, así mismo, todos merecemos el mismo respeto, el mismo amor, y lo más importante todos merecemos igualdad.
Mauricio González.